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lunes, 20 de noviembre de 2017

Patricia González, directora deportiva del fútbol femenino y seleccionadora Sub-18 de la Real Federación de Fútbol de Madrid “La constancia y la paciencia nos acaban siempre llevando a donde merecemos”


Nuestra protagonista de hoy es, posiblemente, una de las mujeres españolas más formadas futbolísticamente de nuestro país. Por un lado lleva dos años trabajando para UEFA y FIFA como analista y, desde el punto de vista de los banquillos, dejó nuestro país para dirigir a la selección femenina de Azerbaiyán.

Hoy hablamos con  Patricia González, quien dentro de la Real Federación de Fútbol de Madrid, dirige la parcela deportiva, coordinación y gestión de las selecciones territoriales, centro de tecnificación y estrategias de desarrollo del fútbol femenino amén de dirigir la selección Sub'18.





Como hago con todos los invitados al blog, para el que no te conozca, ¿Quién es Patricia González? ¿Cuáles son tus principios, tu trayectoria y evolución en el mundo del fútbol?

Una persona muy afortunada por poder dedicar su vida a lo que realmente le apasiona. Desde que empecé a entrenar con 17 años, el esfuerzo y la constancia han sido dos valores que he intentado tener siempre presentes. Era muy consciente desde que empecé a estudiar CCAFyD y a formarme como entrenadora, que esta no iba a ser una carrera fácil. Intento aprender día a día y los últimos años me han enseñado que la paciencia es otra de las claves para mantenerse en la carrera. También a gastar mi energía en lo que sí puedo cambiar, en lo que está en mi mano.


Luego hablaremos de tu faceta de jugadora, de entrenadora, de seleccionadora… pero, ¿Cómo surge la oportunidad de llegar a ser la directora deportiva del fútbol femenino y seleccionadora Sub-18 de la Real Federación de Fútbol de Madrid?



Surge con la llegada del nuevo Presidente. Uno de los principales objetivos de la Federación con el nuevo proyecto es impulsar el fútbol femenino y me pareció un reto muy atractivo. Creo que dar autonomía al Fútbol Femenino tiene un mayor impacto en su desarrollo. 




¿En qué consiste exactamente tu trabajo en la Real Federación de Fútbol de Madrid?

Por un lado, la dirección deportiva de las selecciones territoriales con todo lo que ello implica (planificación, comunicación con clubes, seguimiento, citaciones...) junto con la supervisión de Centro de Tecnificación (en el que este año tenemos grupo femenino); y por otro lado junto con la Comisión de Fútbol Femenino, proponer planes de mejora de nuestras competiciones y proyectos de desarrollo. 


¿Cómo es tu día a día?

Depende de la semana y del día. Los lunes tenemos Centro de Tecnificación o entrenamiento con la selección sub12, que comienza ahora. Normalmente los miércoles son días de entrenamiento de las selecciones. El resto de días dedico mi tiempo a todo lo que hablábamos anteriormente. Y los fines de semana, a ver mucho fútbol. 





¿Qué planes te marcas?¿Cuáles son los objetivos que te fijas en tu cargo?

Crecer en número de licencias, potenciar las competiciones de fútbol base, invertir en proyectos sociales y que Madrid sea un ejemplo a seguir para otras Comunidades. En cuanto a las selecciones, somos conscientes de qué significa representar a Madrid y haremos el camino lo mejor que sepamos. Ilusión, dedicación y esfuerzo no va a faltar. 


¿Cómo ves la situación actual del fútbol femenino en nuestro país  y en concreto en nuestra de Comunidad?

Creo que el fútbol femenino está en un momento muy dulce, no sólo en nuestro país. Tanto el Mundial de Canadá como el Europeo de este verano han sido un gran empujón. La Liga Iberdrola ya es un producto muy atractivo y el camino hacia la profesionalización ya se está marcando. El siguiente paso será hacer una liga más competitiva y a partir de ahí, ya sólo podemos ir hacia arriba. Respecto al fútbol de nuestra Comunidad, tenemos la suerte de tener mucho nivel. Contar con 3 equipos en Primera División y tener tantas niñas iniciando la práctica en edades muy tempranas creo que son garantías de éxito para el futuro. 


¿Crees que se le está faltando el respeto y que se le da menos importancia de la que realmente tiene al fútbol femenino?

Creo que el deporte femenino en general y otras muchas disciplinas deportivas, no reciben la atención que merecen.


¿Qué consideras que hace falta para dar el impulso definitivo y, de verdad, se profesionalice el fútbol femenino en nuestro país?

Que tengamos una competición más atractiva. La reestructuración de competiciones a nivel nacional es necesaria e inminente. Tenemos una Primera División con 16 equipos y una Segunda División con más de 100; y eso nos aleja de las grandes potencias. Tengo constancia de que ya se está trabajando en ello y estoy segura de que eso será el impulso definitivo a nuestro fútbol. Además, el trabajo de todos.




A modo de ejemplo, ¿Cuál puede ser el sueldo medio de una jugadora en la élite de nuestra liga Iberdrola?

No tengo cifras al respecto. Además, hay mucha diferencia entre equipos que sí son profesionales y los que no lo son. Por desgracia, todavía tenemos mucho que recorrer. Las jugadoras todavía no tienen las mejores condiciones y ese es otro de los puntos claves para ese impulso definitivo. 

Dicen que eres una de las mujeres españolas más formadas futbolísticamente, (llevas dos años trabajando para UEFA y FIFA como analista, seleccionadora de Azerbaiyán)….¿Cómo logras llegar hasta aquí, ¿Cómo es tu formación para conseguir estos conocimientos?



Bueno, como te decía al principio... me siento muy afortunada y creo que estoy en un entorno privilegiado. La oportunidad para ir a Azerbaiyán llegó cuando menos me lo esperaba y a raíz de marcharme, surgió todo lo demás. Los técnicos españoles estamos muy valorados en el extranjero. La formación universitaria junto con la licencia UEFA Pro y controlar el idioma, me abrieron muchas puertas. Luego sólo hay que estar dispuesta a marcharse cuando llega la oportunidad. 


 
¿Cómo puedes aprovechar tu experiencia y contactos a nivel internacional para mejorar el fútbol femenino de Madrid?

La experiencia internacional me ha aportado una visión muy global en distintas áreas de nuestro deporte. He tenido la suerte de trabajar en muchos países y conocer estructuras muy diferentes. Al final creo que las experiencias son lo que nos enriquecen y saber quedarnos lo mejor de cada una de ellas. Eso es lo que intento aplicar aquí, las mejores prácticas de otros sitios. 

Fuiste jugadora del Rayo Vallecano, pero una lesión te cortó tu carrera…¿Qué se le pasa a una por la cabeza cuando con 21 años tienes que dejar de hacer lo que más te gusta?

Fue una decisión dura pero no tan difícil gracias a los banquillos. El mismo año que me retiro, estoy entrenando al infantil femenino. Disfrutaba mucho de ello y eso me ayudó a digerirlo mejor. 



Tras el enorme palo, lo asimilas y te dedicas a formarte y ser entrenadora…Supiste adaptarte y mirar hacia adelante…¿Qué mensaje le mandas a aquellos jugadores/as que estén viviendo esa situación?

Siempre pienso eso de que “todo pasa por algo”. La constancia y la paciencia nos acaban siempre llevando a donde merecemos, y pensar así me ayuda. 


Es difícil vivir de esto en el fútbol masculino, pero en el femenino, lo de ser entrenadora es casi imposible, ¿no?¿Cómo fue tu experiencia personal?¿Cómo surge lo de seleccionadora de Azerbaiyán?



Surge estando en el RVM. Siempre digo que la decisión valiente no es la de marcharme sino la de elegir esta carrera por todas las dificultades que conlleva. Viendo la experiencia en Azerbaiyán con perspectiva, puedo decir que me aportó muchísimo en el plano profesional pero también en lo personal. Es verdad que el primer año allí fue duro, pues requiere una adaptación, pero todo lo que me ha dejado es muy positivo.  



Una decisión valiente y arriesgada… supongo tuviste que renunciar a muchas cosas…¿Qué aprendiste de esa experiencia?

Ya lo comentaba antes. A ser paciente, a ser muy tolerante... A elegir bien qué batallas quiero luchar. Y por último, a saber marcharme de los sitios. Los cambios no son fáciles pero es la única manera de crecer. 

¿Por qué decides volver a España?

Por eso mismo, porque creí que para seguir creciendo tenía que cambiar. No sabía hacia dónde era ese cambio y al final tuve la suerte de poder volver a casa.